viernes, 3 de mayo de 2013

Relatografías V - Tentación


Sentada en el banquillo de los acusados, esperaba nerviosa e impaciente el veredicto del juez. Estaba absolutamente convencida de que no había hecho nada, solo defender lo que creía que era justo y necesario, pero eso hacía ya muchos años que carecía de sentido. 

Llevaba ya mucho tiempo reflexionando y había llegado a la conclusión de que todo estaba sucio, corrompido desde lo más íntimo de su existencia. Todo había sucumbido a la dictadura del dinero y de las creencias políticas caducas y por eso se encontraba ahora sentada en ese banco de madera rodeado de personas obtusas llenas de poder.

       - ¡Levántese! –ordenó el juez con su autoritaria voz. Tenía un rostro duro surcado de profundas arrugas como un huerto recién sembrado y que contrastaba con el cabello ralo teñido de un color con un antinatural toque dorado-. Conteste a una sencilla pregunta ¿de verdad siente que estaba haciendo lo correcto?

      - Sí, su señoría –respondió Lucía con voz titubeante, apenas audible. Aquella imagen, aquella estatua en mitad de la fuente, es arte. Es belleza pura y sencilla. Simplemente protestaba para que no la retirasen de su lugar.

            - Putos rojos –masculló para sí mismo el juez mirando con desprecio a su acusada-. Déjeme que le diga que eso no es arte, ¿cómo va a ser considerado arte una mujer desnuda? La desnudez está prohibida por una razón, para no incitar a los jóvenes a tener relaciones sexuales, para no provocar a los violadores, para que los niños no aprendan cosas que no deberían saber hasta convertirse en adultos. Arte es un bodegón. Arte es un cuadro sobre la naturaleza. Arte son las estatuas ecuestres de las grandes personalidades que han pasado por este gran país. Arte no son escenas de desnudos, ni sexo, ni cosas que no tengan relación con la grandeza del hombre y de la creación divina. Por todo esto, y teniendo en consideración sus palabras, le declaro culpable del delito de alteración del orden público y le condeno al pago de una multa de 20 000 euros, así como a un periodo 3 meses de reeducación química en el Centro de Internamiento San Judas Tadeo, para su rehabilitación social. Siguiente caso.

El mazo restalló contra la madera y los guardias arrastraron a la llorosa condenada por los pasillos entre el murmullo de todas las personas que allí se congregaban, curiosas sobre todo por ver el juicio que venía a continuación. Después, por la puerta y escoltado por dos agentes que parecían más ser sus guardaespaldas, entró en la sala un tipo mayor, de corte orondo y que vestía un traje negro con raya diplomática que costaba más que algunos de los coches que había aparcados en el exterior. El juez le miró atentamente, sus miradas se cruzaron, y aunque nadie lo vio, sus labios mostraron una leve sonrisa.



Fotografía: Pedro Valdezate
Relato: Juan Trenado

3 comentarios:

  1. Arte es ... precisamente esto ... tu talento magnifico para escribir ... felicidades!!!! y gracias x compartirlo cn nosotros ... un besito ...

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  2. Gracias Anita.
    En este caso yo puse la foto y Juan Trenado creó un gran relato que invita a reflexionar.

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  3. Gracias por la parte que me toca.
    Es un placer poder escribir estos pequeños relatos cada semana, y sobre todo, al recibir elogios sé que tanto Pedro como yo estamos haciendo un buen trabajo.
    Muchas gracias.

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